viernes, 12 de marzo de 2010

El aspecto personal en Roma


ß El aspecto personal.

Hasta mediados del siglo III a. de C. aproximadamente los romanos no se afeitaban la barba ni se cortaban el cabello. Los que estaban de luto dejaban crecer descuidadamente la barba y el cabello.

Hubo muchos tipos de peinados femeninos. Las jóvenes se recogían los cabellos en un nudo o en trenzas. Las señoras casadas preferían el peinado. También utilizaban postizos y tintes para cambiar el color del cabello.

El vestido romano por excelencia era la toga. En un principio las vestían tanto los hombres como las mujeres, aunque más tarde pasó a ser utilizada sólo por los hombres. La toga consistía en un semicírculo de tela, gruesa en invierno y fina en verano, muy complicada de poner y que dejaba el brazo derecho libre. Según los adornos que llevara la toga, recibía diversos nombres. La toga no la vestían ni los esclavos ni los plebeyos.

Bajo la toga, y con un largo hasta la rodilla, llevaban la túnica, que ceñían con un cinturón y adornaban con una banda.

La mujer vestía generalmente una túnica que le llegaba hasta los pies. La túnica solía estar confeccionada de lana, algodón o lino, dependiendo de la época del año. Sobre la túnica llevaban la estola, el vestido propiamente dicho. Cuando la mujer salía de casa se cubría con un manto (palla), que les dejaba el brazo derecho al descubierto.

Las mujeres solían usar abanico.

El calzado, tanto de hombres como de mujeres, consistía en sandalias, zuecos o zapatos. La única diferencia era el color y el curtido de la piel utilizada para su confección

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